Entre adoquines a Roma

Nos quedaron debiendo la belleza en los primeros juegos de Semifinal de la Champions. Nos habíamos ilusionado con la magia imparable del Barcelona, el vértigo combinado del Manchester United, la rotación incansable en el campo del Arsenal y la nueva técnica directora de Hiddink desde el Chelsea, pero todos nos traicionaron en pos de un objetivo: la ciudad eterna. Allí en Roma será la final de la Champions en ésta, cada vez más mediática versión, del evento futbolero por clubes más importante del mundo.


Y sí, el camino a Roma está por ahora adoquinado y pedregoso con la técnica ausente, sin incluir en este cuarteto al Barcelona, que jugó contra el rocoso Chelsea y propuso el futbol que los de Hiddink no querían, generando un extraño sentimiento entre los que quieren la pelota y la necesitan como el Barca, y quienes renuncian a ella como el Chelsea. Claro que la renuncia de los azules ingleses tuvo un propósito premeditado que al final socarronamente alcanzaron: cerrar espacios y atrincherarse desde la seguridad para intentar salir punzante y agazapado a la espalda del enemigo. Casi lo logran cuando se equivocó Rafa en aquella jugada del primer episodio, que fue un crudo presagio para el final del mexicano. Tres meses fuera de las canchas con cirugía de por medio es un duro verano el que espera al michoacano.


Fue más Barcelona desde la intención, pero nos hemos cansado siempre de expresar que en el futbol las intenciones y las aproximaciones no valen ni cuentan. La realidad son los goles y estos no aparecieron en el imponente Camp Now, para un cero preocupante en español y expectante en inglés. Messi no apareció y estos partidos sólo los puede destrabar la magia de los genios. Ganó el sistema y allí se impuso la increíble ley del engaño del técnico holandés, que anunció juego abierto y terminó por renunciar a la pelota para lograr su objetivo. Fue feo, pero inteligente el onceno azul del prestigioso barrio londinense y eso le bastó para salir "vivo" de territorio catalán. Primeras piedras.


El segundo camino no fue menos empedrado, y en Old Trafford, Manchester United tuvo 45 arrolladores minutos de verticalidad práctica, pero sin una pausita muy nuestra que nos permitiera saborear el gusto a la velocidad con precisión que proponían los de Ferguson ante la atónita mirada del Arsenal. Todo ello para un solitario gol del escocés O'Shea, que fue suficiente para liquidar un pleito que merecía más porque tenía más. Otra vez la necesidad del resultado más allá de las capacidades de sus protagonistas. ¿Que Almunia se encargó de este resultado? ¿Que no estuvieron Van Persie y Arshavin?, quizás sí, pero es que se eligió el camino más sinuoso para pretender llegar al gol, aunque nadie escatimó en fuerza ni en intenciones.


El objetivo es Roma para los cuatro, todos ellos hoy con posibilidades y esperanzas, pero el camino de la vuelta en ambas instancias deberá cambiar un poco sin bajarle potencia al músculo, pero sumándole un poco más de cerebro entre los ingleses. El Barca no renuncia a lo suyo, pero también tiene su papelito en el reproche y es que está sintiendo el durísimo mano a mano de la Liga y esa presión adicional (como a todos en la vida) le está haciendo perder puntería. No cambia su estilo, pero en dos semanas ha perdido contundencia. ¡Qué quincenita la de los de Guardiola con tres finales en vista!, Real Madrid, Chelsea y Athletic en Liga, Champions y Copa; se encargarán de tomar el examen de grado de este equipo que va a completar un curso enamorándonos con su futbol. El camino a Roma por ahora es de adoquines, quizá a la vuelta sea liso y sin vientos de costado.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles y colabora con sus artículos en FutbolMLS.com. Todas sus columnas pueden ser leídas en su página www.mayorgadefrente.com