Mientras Cruz Azul suma su segunda Final en apenas un año y va por su primer título desde el Invierno 97, el Monterrey buscará su tercer campeonato en la historia, siendo la última vez que alzó una Copa de Campeón en el Clausura 2003. Es una Final inédita, que tiene el toque extra de que Enrique Meza, timonel de los celestes, jugará su segundo duelo definitivo de manera consecutiva, ya que hace seis meses, aún con el Pachuca, perdió la Final del Clausura 2009 ante Pumas.
La Máquina tiene un equipazo, capaz de reponerse de cualquier circunstancia en contra y lo volvió a demostrar frente al Morelia, que llegó a ponerse arriba en el marcador.
El primer juego entre celestes y Monarcas fue para el olvido; un 0-0 que pasará a la historia con más pena que gloria. Tanto Enrique Meza como Tomás Boy salieron a especular con el marcador en la cancha del Estadio Morelos y nadie arriesgó de más, pese a que durante la semana, los dos entrenadores se enfrascaron en una guerra verbal, sin que ambos recordaran que fueron compañeros de club en la década de los 70, con los Tigres de la UANL.
El partido de vuelta cambió radicalmente la historia entre cementeros y purépechas. En el primer tiempo hubo buen futbol y llegadas. Los dos porteros, de nivel de Selección Nacional, José de Jesús Corona, de Cruz Azul y Moisés Muñoz, de Morelia, recibieron toda la metralla de sus rivales y bajaron la cortina durante los primeros 45 minutos disputados en el Estadio Azul.
Sin embargo, en el segundo tiempo, Miguel Sabah marcó el 1-0 para Morelia, que encendía una luz de esperanza para el cuadro michoacano. Tras recibir un pase filtrado de Luis Gabriel Rey, el "hombre sin miedo" fusiló a Corona y enmudeció al inmueble ubicado en la Colonia Noche Buena.
Tomás Boy brincó y celebró el tanto de Sabah, ya que acariciaba la Final, a pesar de que durante los primeros minutos del juego, el árbitro del encuentro, Paul Delgadillo, perdonara un penal claro, cometido ante una flagrante mano dentro del área del zaguero celeste, Joel Huiqui.
Pero vino la reacción de La Máquina. Primero fue Javier Orozco, quien con remate con la cabeza, igualó el duelo al recibir un servicio medido de Alejandro Castro. El "Chuletita" había entrado al minuto 30 del primer tiempo, cuando Meza había observado que le faltaba mayor llegada a su escuadrón.
El "Ojitos" no falló y atinó en el cambio con el empate a los 58'. El 2-1 llegó siete minutos más tarde en un tiro libre que cobró Emanuel Villa. "Tito" se perfiló de derecha, disparó raso el castigo y le llegó a Fernando Salazar hasta su poste, ya que se ubicaba al lado de Muñoz, a la altura de la línea de meta. El balón le hizo un extraño y le pasó en medio de las piernas para besar la red para decretar la victoria cementera y consecuente pase para la Gran Final del Apertura 2009.
Por su parte, el Monterrey sigue con la suerte de su lado, ya que todo parece indicar que el espíritu de Antonio De Nigris le sigue dando suerte al elenco regiomontano. El hermano del "Tano", Aldo, sigue de vena y salió inspirado por el recuerdo de su hermano en la eliminatoria frente al Toluca, siendo básico en el triunfo por 2-0 en el juego de ida, al marcar los dos tantos del triunfo por 2-0 sobre los Diablos Rojos en el Estadio Tecnológico.
En este primer enfrentamiento, los Rayados le hicieron ver su suerte al elenco mexiquense y prácticamente sentenciaron la eliminatoria. Aldo, con remate de cabeza, clavó el 1-0 con remate de cabeza (45') y el segundo tanto (66') lo hizo luego de quitarse de encima en jugada individual a Miguel Almazán y Edgar Dueñas con un solo movimiento para fusilar a Alfredo Talavera.
Para el duelo de vuelta, los Diablos Rojos no se cansaron de remar contra la corriente, pero Víctor Manuel Vucetich formó un cerrojo defensivo extraordinaria con José María Basanta, Duilio Davino y Diego Martínez que nulificó a la artillería pesada que José Manuel de la Torre mandó al terreno de juego.
"Shina", Néstor Calderón, Raúl Nava y Héctor Mancilla no gravitaron sobre la cancha del Nemesio Díez; tampoco lo hicieron los cambios de Diego de la Torre, Vladimir Marín e Isaac Brizuela, ya que se toparon con un extraordinario bloque defensivo, integrado desde la zona de contención con Walter Ayoví, Luis Pérez y Osvaldo Martínez.
A los 65', De Nigris le cedió su lugar a Darío Carreño. El juvenil rayado hizo explotar a la porra que viajó desde Monterrey, seis minutos más tarde, cuando marcó el 1-0 que le daba ventaja definitoria a los Rayados con un global de 3-0 sobre los escarlatas.
El "negrito en el arroz" fue el reclamo de Humberto Suazo cuando salió de cambio por Sergio Santana. El "Chupete" le gritó fuerte a su entrenador, pero fue calmado por Aldo antes de que la sangre llegara al río.
Con más presión en contra, los toluqueños se fueron encima sin orden, poco futbol y mayor entrega, y marcaron el 1-1, por conducto de Isaac Brizuela. El "Conejito" se encontró con un rebote dentro del área y mandó el esférico al fondo de la red regiomontana, a diez minutos del final.
Con la serie definida, el árbitro del encuentro, Jorge Eduardo Gasso, pitó el término del encuentro y le dio la oportunidad a los Rayados de volver a disputar una Final, ya que la anterior que disputó la perdió ante el propio Toluca, en el Torneo Apertura 2005.
Abel Reyes Díaz, investigador de contenidos editoriales deportivos, ha trabajado también en Editorial Televisa como Editor en Jefe y copywriter de Fox Sports México, así como en el Periódico Reforma y Grupo Radio Centro; colabora a la vez con sus artículos en FutbolMLS.com.
